Literatura del siglo XVIII

Contexto histórico

Durante este siglo se produce un crecimiento demográfico, La mayor necesidad de alimentos favorecerá el desarrollo de la agricultura y la conocida “Revolución industrial”: el desarrollo de grandes fábricas e innovaciones técnicas.

El lema “todo para el pueblo pero sin el pueblo” procede del despotismo ilustrado y refleja la actitud de las monarquías absolutas, que aún perduran, hacia un enriquecimiento de la cultura y la adquisición de un discurso paternalista. Los políticos ilustrados se esfuerzan por hacer reformas que separen el poder civil del religioso, y, en general, por mejorar y modernizar el sistema.

El acontecimiento más significativo e importante de este siglo es la Revolución francesa: el hombre ya no está predeterminado solo por haber nacido con determinado linaje, sino que sus obras serán las que condicionen su vida. La eliminación de la esclavitud, la tolerancia religiosa, la supresión de los derechos de nacimiento, la igualdad de derechos o la extensión de la enseñanza son algunos ejemplos de las ideas y principios ilustrados.

En España se fundan importantes instituciones culturales como la Real Academia Española, la Biblioteca Nacional, Real Academia de la Historia…

En esta época ilustrada, la razón es la base y, por tanto, todo conocimiento se basa en la misma, quedando a un lado las causas como Dios, las costumbres y tradiciones, tan importantes en el siglo anterior. Todo esto favorecerá el desarrollo científico y hace posible una mejora del bienestar terrenal; de este modo, dos actitudes convivirán: se extiende el deísmo, como la existencia de un ser superior, pero no determina una religión concreta, y el ateísmo.

Características literarias

  • Se produce una vuelta a los modelos grecolatinos, y al clasicismo francés, en el Neoclasicismo.
  • El arte también está sujeto a la razón.
  • Clara distinción entre los géneros literarios dentro de una obra; las obras teatrales respetarán la regla de las tres unidades que se perdió con la comedia nueva.

Lírica

Se muestra la evolución del paso del pensamiento barroco al ilustrado. Este cambio se deja ver en el estilo y temática. Se tiende, poco a poco, a la creación de una poesía más sencilla, es decir, la estructura sintáctica es menos compleja, y más directa.

Los modelos a seguir para los poetas neoclásicos son los grandes poetas españoles del Renacimiento, la lírica tradicional y popular española (romances, letrillas…), los clásicos grecolatinos y escritores neoclásicos franceses e italianos.

Los temas de la lírica ilustrada son la alabanza a las bellas artes, las ideas de las reformas sociales, el desarrollo científico y filosófico, los ideales de fraternidad, pues se desprecia la guerra y se exalta la paz y la tolerancia, el rechazo de la ignorancia y de la superstición, la importancia de la educación para el perfeccionamiento del ser humano. Es decir, aspectos, todos, que refieren a la utilidad y a la mejora del sistema social. Así, todos se irán plasmando e irán dando lugar a un tipo de poesía filosófica.

Pero junto a la poesía filosófica también se cultiva otra de tema pastoril y de exaltación de la naturaleza y de lo sensual, tan próxima a la poesía bucólica renacentista y anacreóntica, y se caracteriza por el uso del metro corto y estrofas breves, que exalta el amor y alaba los placeres mundanos, en tono festivo y alegre. Elementos que participan del escenario de la naturaleza están presentes como los arroyos, grutas, aves, como el ruiseñor o la paloma, y, rememorando el ámbito grecolatino, también harán referencias al mundo mitológico, por tanto, muy ligado también a su admiración por los poetas renacentistas. Meléndez Valdés destacaba por sus anacreónticas, entre otros géneros.

Otro tipo de poesía que pone como base la razón es la fábula que cultivan autores como Félix María de Samaniego y Tomás de Iriarte, un tipo de poesía moral y pedagógica.

Prosa

La literatura en el siglo XVIII sirvió como principal medio de divulgación de las nuevas ideas ilustradas, y el género en prosa más cultivado fue el ensayo, con un claro fin didáctico.

El ensayo es un texto escrito en prosa que ofrece un punto de vista personal sobre un tema, ya sea político, social, económico, cultural… temas de los que los escritores de la época tanta conciencia tenían.

Ya en esta época ilustrada comenzaron a imprimirse los primeros periódicos y revistas especializadas, así como la literatura por entregas, de manera que supuso un auge y desarrollo del círculo lector, reflejo de un gran interés del pueblo por la literatura.

El desarrollo de la novela fue muy escaso, llegando casi a desaparecer. Son pocas las novelas que se publicaron, pues el foco de interés se situaba en el ensayo como el género más importante escrito en prosa.

La ficción queda fuera del ámbito novelístico pues el género es utilizado para realizar un análisis de la realidad y una crítica de las costumbres y tradiciones sociales.

En esta decadencia del cultivo del género novelesco intervienen diversos factores como es la actuación de la Inquisición, el agotamiento ya del las formas narrativas en el siglo anterior, así como la visión de la literatura como un objeto de utilidad, influencia de las ideas ilustradas, y cuyo fin sería el puro didactismo.

Los autores más importantes que cultivadores la prosa son José de Cadalso, Benito Jerónimo Feijoó, Ignacio Luzán y Gaspar Melchor de Jovellanos.

  • Benito Jerónimo Feijoó: Es uno de los primeros escritores de ensayo en nuestro país. Teatro crítico universal: obra formada por un conjunto de ensayos en los que Feijoó analiza y critica la sociedad coetánea y defiende las nuevas ideas ilustradas.
  • Ignacio Luzán: Tiene una gran importancia por su reflexión en torno a la literatura. Poética: establece las normas que deben cumplir las obras para que ajustarse a las nuevas ideas.
  • Gaspar Melchor de Jovellanos: Cultivó todos los géneros pero es, sobre todo, en sus textos en prosa donde analiza los problemas de la sociedad y expone nuevas ideas de reforma para resolverlos. Memoria sobre la educación pública: en ella expone una total defensa de la educación como instrumento y medio para el progreso. Informe sobre la ley agraria, Reglamento para el Colegio de Calatrav, Bases para la formación de un plan general de instrucción pública.
  • José Cadalso: Destacó especialmente como prosista, aunque también cultivó la poesía y el teatro. Sus obras más importantes fueron
    • Cartas marruecas: es una novela epistolar. Un conjunto de noventa cartas cruzadas entre tres personajes componen esta novela de ficción: un español, Nuño, y dos marroquíes, Gazel y Ben Beley, que analizan y critican diversas costumbres como la nobleza inútil y parasitaria, el menosprecio de la ciencia y su desarrollo así como el conocimiento a favor de la religión y el exceso de religiosos. A través del personaje español el autor ofrece su propia visión del país, pues el mismo opina y cuenta sobre la actualidad española a sus amigos marroquíes.
    • Noches lúgubres: novela dialogada salpicada de tintes románticos, pues el protagonista enloquece por la muerte de su amada y como consecuencia intenta desenterrarla y prenderse fuego junto a ella.
    • Los eruditos a la violeta: obra que satiriza la falsa erudición, superficial, de aquellos que quieren aparentar tener muchos conocimientos cuando en realidad no es así.

El teatro

Durante largo tiempo el teatro por excelencia y por preferencia del pueblo fue el teatro barroco, por lo que el teatro neoclásico tuvo que ser poco a poco impuesto desde el poder, estratégicamente, por ejemplo, a través la prohibición o censura del auto sacramental, por motivos literarios y morales.

La renovación teatral se iría imponiendo con lentitud aunque su consecución no fue fácil. El teatro ilustrado iba dirigido a la clase media y tenía un fin didáctico y moral, pues las ideas ilustradas también llegan al género teatral y por tanto sería utilizado como medio para educar al pueblo. Así, poco a poco, las obras neoclásicas irían eclipsando las carteleras teatrales.

Sus características son las siguientes:

  • Queda sometido a la regla de las tres unidades: unidad de acción (una única historia relevante), unidad de lugar (ocurre en un solo lugar) y unidad de tiempo (toda la acción ocurre en un plazo máximo de un día).
  • La obra se estructura en tres actos.
  • Completa separación de géneros, para una mayor claridad de los hechos.
  • Fin didáctico: los temas tratados serán de utilidad y práctica para la sociedad.
  • Verosimilitud: el planteamiento y los hechos serán lo más acorde posible a la realidad.

Leandro Fernández de Moratín fue el máximo responsable del éxito de la comedia en el siglo de las luces con un drama crítico en el que censura los malos hábitos y costumbres de la época y la mala educación de la nobleza. Toda su obra sigue un fin didáctico. Su comedia se caracteriza por el uso de un lenguaje sencillo, directo y adecuado a cada personaje. Cultiva el drama tanto en verso como en prosa.

El sainete es la forma neoclásica del entremés. Consistía en una obra en un acto, de carácter cómico, que se representaba entre los actos de las obras mayores y su fin era entretener al público. A menudo incluía piezas de canto y baile y recreaba los cuadros de costumbres de la época.

  • El sí de las niñas. Escrito en prosa y tres actos, denuncia el matrimonio forzado entre viejos y muchachas, tan habitual desde hacía siglos.
  • La comedia nueva o el café. En prosa y dos actos. El tono burlesco envuelve este drama en el que satiriza la comedia barroca que tanto gustaba al público de la época y que tan difícil fue renovar y cambiar de rumbo.
  • La mojigata. Representa la hipocresía religiosa y la mala educación de los jóvenes, a modo de crítica.

En la tragedia neoclásica se reflejan los intentos de adaptar el teatro sometido a reglas a la nueva escena española. Los temas más tratados eran los históricos nacionales. Un autor importante es Ramón de la Cruz, que retrata la sociedad madrileña.

Créditos

Adaptado de Libros Marea Verde.